LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR COMO FACTOR DETERMINANTE EN LOS CONFLICTOS ESCOLARES
LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR COMO FACTOR DETERMINANTE EN LOS CONFLICTOS ESCOLARES
Las Instituciones Educativas de la ciudad de Sincelejo viven otros flagelos sociales, que específicamente se anida y toma mayor fuerza en las zonas vulnerables. Este problema no tiene su origen en las aulas, sino que es una realidad social que evidencia el deterioro de la convivencia familiar; aquello que normalmente se conoce como violencia Intrafamiliar ha sido la causa lamentable del desequilibrio emocional de muchos niños y jóvenes cargados de trastornos, resentimientos, agresividad, dolor y angustias, que explotan en las aulas y patios escolares, con manifestaciones de intolerancia, estrés, desafecto por los demás, desinterés por el estudio, ira, deseo de destruir la infraestructura y los enseres de las Instituciones, actitudes suicidas y un sinnúmero de malestares que dañan los ambientes escolares y sociales.
Todo lo anterior es reflejo del débil cimiento en valores que tienen los núcleos familiares de nuestra sociedad, que carecen de pautas de crianza, direccionalidad, amor y respeto. Dentro de la descomposición social general, encontramos familias violentas, carentes de valores, sin proyectos de vida sana, que requieren voluntad y decisión para hacer resiliencia de las situaciones negativistas a las que la vida les ha conllevado a experimentar.
A manera de ejemplo, se resalta que la violencia intrafamiliar conduce a más violencia, gritos, insultos y golpes. De testimonios escuchados como el de Ángela, una madre cabeza de familia que vive la realidad de mantener a sus hijos, comentó: “mi hija recibió una llamada telefónica del novio, donde le preguntaba:¿Cuándo te irás de la casa de tu madre? Esto me produjo tanta ira que sin mediar palabras colgué el teléfono, lo estrellé, golpeé bruscamente a mi hija y la insulté; después que esto sucedió, fue cuando recapacité y me dí cuenta que ya no había nada que hacer, la acción ya estaba hecha, por eso concluyo que:”Duelen más las palabras que una agresión física”. Hoy en la Institución Educativa, la hija de la señora Ángela ha venido presentando conductas de agresividad y desafío con sus compañeros de clases y algunos docentes convirtiéndose en uno de los casos de matoneo escolar.
La violencia escolar, es fiel reflejo de las situaciones que emponderan a uno o varios miembros de la familia, llámese víctima o victimario, con quienes el conflicto se hace más evidente en la medida en que permanentemente sus actitudes logran llamar la atención de quienes mantienen una constante interacción con él o ella, esto es observable en la diaria convivencia escolar y las relaciones de los miembros que permanecen a una Institución, encontrándose entonces, acciones de doble vía en donde alumnos agreden y maltratan a su compañeros, docentes, funcionarios administrativos generando un círculo contaminante de violencia social e intolerante.
Muchos de los conflictos que presentan niños, niñas, preadolescentes y adolescentes en las Instituciones Educativas y en sus aulas de clases son el resultado de actitudes involuntarias aprendidas de las situaciones cotidianas vividas con los padres, el desplazamiento por la violencia, el estrés postraumático, las condiciones socio-económicas, entre otras, que muchas veces se toman como excusas para justificar sus acciones; esto, en sí, no es tema nuevo, pero a través del tiempo se ha convertido en lo que hoy se puede llamar Alerta Naranja dadas las características del alto riesgo en que se encuentran hoy las comunidades escolares con respecto al tema, hasta el punto que las palabras de moda en los colegios, empresas y oficinas es el BULLYING. Lo anterior ha generado la necesidad de crear entonces la ley 1620 con la que se pretende promover y fortalecer la formación ciudadana y el ejercicio de los derechos humanos con la creación de mecanismos de prevención, protección, detención temprana y de denuncia.
El llamado entonces es a promover acciones que permitan la sana convivencia familiar y escolar; siendo el eje central, los VALORES FAMILIARES y que sea el derrotero de las nuevas relaciones al interior de los hogares, cimentados lógicamente en roles y sentimientos, sensibilizando y reconociendo en cada persona la importancia y el respeto que se merece.
El propósito es sensibilizar a las familias a través de las estrategias que permitan la minimización de la violencia al interior de los miembros que la conforman, con la intención de establecer resultados que den paso al buen vivir dentro del hogar y se evidencien por medio de la convivencia escolar en las Instituciones Educativas, estas no pueden optar una actitud indiferente ante esta situación que le aqueja con premura, resulta entonces pertinente, fortalecer las escuelas de padres en programa, de orientación en este tema.
Por otro lado las entidades de bienestar social podrían mediar ante las instancias municipales para la creación de centros de formación laboral a las familias con escasos recursos, debido a que es de conocimiento general, que la situación económica es uno de los factores de frustración en medio del núcleo familiar, terminando esto en intolerancia, falta de aceptación y motivo de las riñas familiares.